Esta nota la dedico a mi suegro Rafael Cornejo, a siete años de su partida. Un político apasionado, que estoy segura habría dicho aún más de lo expresado a continuación...
Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
A dos semanas de las elecciones presidenciales en Panamá, la expectativa no puede ser mayor. Más allá de leer noticias en torno al tema, pregunto con frecuencia cómo se vive y se siente el clima político en el país, y de manera especial, en Soná. No me sorprende saber que los simpatizantes de diferentes partidos aseguren que ellos serán los ganadores, lo que me sorprende en todo caso, es que esos mismos, en voz baja, digan que por primera vez no tienen idea de cuáles serán los resultados en los comicios del próximo 4 de mayo, pues el panorama se vislumbra más que incierto, según dicen...
La reelección presidencial no existe en Panamá, gracias a Dios, pues lo he dicho, lo digo y lo sostengo, no estamos preparados para eso, carecemos de esa madurez política necesaria para llegar a una reelección. Para los opositores del partido gobernante y algunos analistas a nivel internacional, la designación de la primera dama como vicepresidenta en las elecciones venideras, no es más que una forma de reelección del presidente Martinelli, una rendija por la cual filtrarse sin violar la constitución, aún cuando ya son muchos los expertos en el tema que aseguran que tal designación es inconstitucional. Tres son los candidatos más destacados que se disputan el voto del electorado. ¿Quién será el ganador? El 4 de mayo el pueblo panameño lo dirá...
Mientras tanto, en Soná, de manera especial, al margen de las candidaturas para alcalde y representante, la elección que mayor inquietud despierta es aquella que envíe directamente al ganador a representarnos en la Asamblea Nacional. Nuestro actual diputado, Dr. Héctor Aparicio, se postula una vez más luego de veinte años frente al cargo, de ser elegido nuevamente será un cuarto de siglo en el poder. Hasta la fecha el partido que lo llevó al triunfo cuatro veces consecutivas fue el Molirena -el partido del gallo- sin embargo, luego del triunfo arrollador del Cambio Democrático (CD), actual partido gobernante, decidió hacer un cambio que le valió ser miembro honorable de la famosa lista de tránsfugas, políticos que renunciaron a sus partidos de siempre para inscribirse en el CD...
Viendo, escuchando, y leyendo aquí y allá, ciertamente concluyo que la incertidumbre generada guarda su lógica. Ignorar lo que a todas luces es evidente no tiene sentido. Hay mucha disconformidad en el país. Un sentimiento extraño envuelve a la ciudadanía, por un lado agradecida y maravillada con tantas obras realizadas, y por el otro petrificados frente a los altos costos que significaron y todo lo que esto conlleva a futuro. Cuántos panameños, por un lado, obnubilados frente a tantas mega obras, y por el otro, casi comprados con algunas dádivas que no les permiten opinar siquiera, no hablemos de pensar...
Lo triste de todo, es que realmente no existe una figura de peso, ninguna. Ninguno de los aspirantes a ocupar la codiciada silla presidencial luce presidenciable, pero alguno tiene que ser elegido y sólo es cuestión de elegir al menos malo...Lo que sí no me cabe duda es que para Panamá sería peligroso la continuidad de un mismo partido en el poder, cualquiera que éste sea, todo puede suceder, y más aún cuando se tiene control en casi todos los poderes del estado, algo que en una verdadera y sana democracia nunca debería ocurrir...
En cuanto a Soná, me aventuro a decir públicamente que es hora de un cambio, una figura nueva debe surgir, aún sabiendo que lo más probable es que ninguno hará nada destacado para el distrito. Los logros realizados durante este gobierno, que siempre los reconocí y me reitero en ello, obedecen única y exclusivamente al hecho de tener un presidente sonaeño, de más fuera que no hubiese hecho algo por el pueblo, lo celebro, pero eso no quita que Panamá es mucho más que Soná y hay muchos detalles en el camino. Así las cosas, error de errores pretender otorgar estos avances al HD Aparicio, pues de no tener un presidente sonaeño NADA de lo realizado en estos cinco años de gobierno habrían sido posible. Veinte años como diputado era para legar a Soná mucho más de lo que hoy tenemos. Fiel a la tradición absurda en cómo se maneja nuestra idiosincracia política, estando en el poder, con gobiernos simpatizantes de su partido, era para llevar mayor desarrollo a Soná, y aún así nada relevante y destacado hubo para el pueblo. La pregunta es ¿por qué merece la reelección una vez más? ¿Realmente vale la pena tenerlo un cuarto de siglo en el poder? ¿Qué dicen los Molirenas, que fieles a sus principios le dieron sus votos convencidos de su lealtad, y una vez en el poder renunció al colectivo que por años y años lo llevó a donde hoy está? ¿Por qué tanta incondicionalidad para quien ignoró el voto de confianza que sus electores le otorgaron?...
De vivir mi suegro, Rafael Cornejo, fiel a su estilo franco y directo para decir las cosas, estoy segura le habría recriminado ese proceder. Aún recuerdo cuando en una ocasión atendí una llamada, era el ex vice presidente de la república, Guillermo Billy Ford, preguntaba por mi suegro para solicitarle su apoyo como presidente dentro del partido Molirena, a lo que él, disculpándose le dijo que su voto era para Arturo Vallarino, actual embajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos. Aquello me produjo gran molestia, pues hubiese querido ese voto para Billy Ford, mi gallo ronco, como se le conocía por su voz inconfundible. Siempre consideré a Vallarino una figura intrascendente para el país, pero he ahí la fidelidad política de mi suegro, que por ser cuñado del HD Aparicio, por quien sentía un entrañable afecto, todos miembros de su partido, optó por darle su respaldo total, algo que nuestro diputado pareció olvidar con el resto de la membresía del colectivo que lo llevó a donde hoy está. Ahora, una cosa es cierta, terminado un periodo toda persona es libre, por la razón que fuere, a renunciar a su partido tradicional e inscribirse en el que mejor le parezca ¡pero terminar el periodo para el cual lo eligió su partido es un deber, no hacerlo es irrespetar el voto de sus electores!
En mi opinión, es hora de un cambio, urgente y necesario, para romper de una vez por todas con esa perpetuidad que tenemos en el pueblo, no se puede ni debe permitir algo así, no de manera prolongada, en estas elecciones debe surgir un nuevo diputado, una nueva figura, para que en las próximas elecciones 2019 tengamos ahora sí figuras frescas, nuevos contendores a quienes les podamos exigir y demandar una proyección realmente acorde con los tiempos actuales. Pero tal y como están las cosas, hay que ser valiente para enfrentar la maquinaria económica arrolladora que supone competir contra el candidato oficialista. Es hora de poner fin a esa cultura política sesgada, atrasada y paternalista a la que se acostumbró la población. Es hora de entender que no hay por qué venderse, que nuestra conciencia y pensamientos propios son eso, propios, es hora de forjar cambios en nuestro entorno, pero estos cambios no llegarán si primero no cambiamos nosotros, nuestra actitud políticamente hablando. Luego nos quejamos cuando somos los responsables por los gobernantes que llevamos al poder, dejando que unos cuantos decidan por nosotros. Nada es para siempre, el cambio está en nuestra manos.