A tu memoria...
Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
Cada persona es un mundo, un universo lleno de historias para contar. A lo largo de nuestra existencia vamos conociendo a unos y otros, algunos van y vienen sin dejar mayor huella, mientras otros permanecen en nuestros recuerdos, sin importar dónde estemos, o cuánto tiempo haya pasado sin verlos. Tal es el caso de Concepción Secaida, mi amigo...un amigo de todos, en Soná.
¿Quién no le conoció? Alegre y divertido, rumbero y bailador. Creativo, entusiasta y emprendedor. ¡Un multifacético total!
Nació, creció y desarrolló su vida en Soná. Desde pequeño aprendió a sortear las piedras en su camino, a batallar sin tregua alguna. Pronto aprendió a sacarle filo a su capacidad de resistencia, lo que le valió salir adelante y sostenerse, pese a muchos obstáculos en su camino.
Era apenas un niño cuando ya salía a la calle en busca de trabajo. Siendo adolescente buscaría en casa de amistades ropa para planchar, "aunque sea por un plato de frijoles", diría alguna vez y con orgullo.
Los años fueron pasando y en su transcurso aquel jovencito, siempre delgado, sonriente y conversón, se convirtió en un adulto, a ratos acompañado por sus amistades, a ratos un tanto solitario...acaso en su interior, siempre solo...
Cocinar fue una de sus grandes pasiones y destrezas. Cuántas fiestas y celebraciones en Soná disfrutando de sus comidas, platos tan variados como deliciosos. Un día cualquiera se madrugada para preparar cientos de exquisitos tamales -previamente encargados- que en el transcurso de la mañana repartiría, calentitos, recién hechos.
Ingenioso y creativo, siempre encontraba, a través de alguna faena, su sustento. Igual preparaba un complicado y delicioso banquete, que arreglaba el cabello de grandes y chicos en el pueblo.
Colaboraba con la comunidad con lo que estuviera a su alcance, empezando por su tiempo. Así, formaba parte del Club Cívico Sonaeño, encargados de decorar bellamente el parque San Isidro y el hermoso árbol de Navidad cada año. En lo que fuera que le pidieran su ayuda, allí estaba, solícito como siempre.
En las fiestas no podía faltar. Era el parejo de todas, especialmente de aquellas que no tenían uno oficial. Para las que no sabían bailar, como yo, era una bendición, pues tenía la magia de hacerlo posible sin que fuera a dar al piso.
Un día cualquiera se inspiraba y proponía una reunión entre amigos. Una cuota sobre la mesa donde más tarde iría a parar todo un banquete. La terraza de la Mega Pizza fue testigo mudo de aquellas cenas memorables. Una mesa muy larga exhibía una variedad de platillos, cuál de todos más apetecible al ojo y al paladar. ¡Un magnífico buffet! Todo de lo más gourmet, tanto, que nada tenía que pedir al que más. Alguno de sus cumpleaños lo celebraría así, entre amigos. Al brindar su voz temblaría de emoción, feliz de poder compartir su día rodeado de amistades, gente que lo estimaba, lo apreciaba, lo quería...
Siempre presente, en las buenas y en las nada buenas. En los momentos de mayor tristeza en mi familia y en los de alegría. En mi boda, celebrando hasta el amanecer, como hasta el amanecer estuvo a la muerte de mi padre. Toda la noche con nosotros, hasta los primeros rayos del sol y lo que seguía...
Conforme la juventud cedía su paso a nuevas etapas en su vida, su entusiasmo por ésta parecía mermar...alguna vez diría que no deseaba vivir más allá de los sesenta. Había soledad en su expresión. En su rostro siempre alegre asomaba un halo de tristeza...la poesía de Garrick parecía tomar forma..."Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora, el alma llora cuando el rostro ríe"...
Su gran deseo se cumplió. Incluso antes. Luego de una larga enfermedad se fue nuestro buen amigo. Hoy descansa en paz. Se nos quedó pendiente un reencuentro que ya no podrá ser...Los que le conocimos y tuvimos afecto, guardaremos de él los mejores y más gratos momentos compartidos, siempre tenemos la opción de elegir con qué quedarnos de aquellos que se adelantan en ese viaje eterno e inevitable... por mi parte, elijo quedarme con lo mejor... Paz a su alma.