Viernes Santo en Soná



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

El Viernes Santo es un día sumamente importante para la Iglesia Católica y el mundo Cristiano.  Un día como hoy se recuerda la agonía, sufrimiento y Crucifixión de Jesucristo.  Hoy es el único día en que no se celebra la Eucaristía y se adora la Cruz.  La Iglesia ordena ayuno, penitencia y evitar el consumo de carnes.

En Soná es costumbre asistir desde tempranas horas de la mañana a la Iglesia San Isidro, que permanece en constante actividad con la visita de cientos y cientos de creyentes adorando al Santísimo.  De allí salen a las tres de la tarde para unirse a una multitud que afuera espera para participar del tradicional Vía Crucis, momento en que se recuerda la dolorosa Pasión, Crucifixión y Muerte de Jesucristo.


En la noche, durante la ceremonia religiosa, todos los presentes se acercan en silencio frente al altar para adorar la Cruz e imprimir un beso, inclinando sus cuerpos como gesto de adoración y reverencia ante la grandeza de Cristo. Ciertamente es un momento de respeto y dolor, una exaltación de la conciencia frente a la Pasión de Cristo Jesús.  Al terminar, sale la Procesión del Silencio en perfecto orden, alineados a ambos lados de la calle, la gran mayoría portando una vela.  Tanto los que forman parte de la procesión como los que esperan para verla pasar, guardan silencio total.  

Santo Sepulcro de Soná
El paso del Santo Sepulcro es profundamente conmovedor.  Contemplar la imagen representativa de Jesucristo sin vida, con las heridas de su Crucifixión, el dolor y sufrimiento reflejados en su rostro, es impactante.  Los músicos de la Compañía de Bomberos de Soná acompañan, como es tradición, el solemne Cortejo Fúnebre.  Ante el sentimiento de tristeza, y lo que este día representa para el Cristianismo, todos procuran usar vestimentas de colores neutrales, discretos, como señal de respeto.  El Señor ha muerto.  Hay luto en el corazón.