Analogía entre San José y mi padre





Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

Hoy, 10 de marzo, inicia la novena a San José, y un día como hoy, hace nueve años, murió mi padre, Clovis Rizcalla (10 de marzo de 2004).  A pocos días de su partida sentimos con fuerza la analogía entre ambos...

A mi hermano, Emilio, le he escuchado decir muchas veces aquello de "no se mueve una hoja si no es por la voluntad de Dios", y con nuestro progenitor ocurrió algo curioso ¿coincidencia?  ¿casualidad?  ¿existe esto?...

El día del sepelio todo estaba dispuesto para que la misa fuese oficiada en la Iglesia San Isidro a las dos de la tarde.  Esa era la información que se tenía y hacia allá iríamos todos.  Poco antes de que se diera el primero de los tres toques de campana, nos avisan cambios de planes.  La misa no podía ser allí debido a una colmena que se encontraba próxima al Altar Mayor, decenas de inquietas y agresivas abejas revoloteaban amenazantes, en abierto desafío, cerca de donde el padre daría la misa, representando un peligro para todos los presentes.

Fue entonces cuando se dispuso que la segunda opción sería oficiar la ceremonia en el Santuario San José, que hasta ese momento no habíamos contemplado.  Y eso fue lo que hicimos.  Para muchas personas fue sorpresivo, esperaban cerca del parque San Isidro por nuestra llegada que nunca se dio, tan pronto supieron del cambio acudieron al santuario.

Recuerdo del Novenario

Recordatorio de Novenario
Como es costumbre, en el interior del país, la novena se reza en casa, siempre y cuando así lo estime conveniente la familia, algunos optan por hacer los rezos directamente en la iglesia durante la misa.  En nuestro caso lo hicimos en casa.

El último día de novenario suele ser muy especial y emotivo, más de lo acostumbrado, el rosario, las oraciones especiales, los mensajes que recuerdo tanto...

Como recordatorio de su largo paso por la vida (102) dimos un pequeño librito con algo de información acerca de él, oraciones especiales, una de ellas a San José, muy antigua.  Para la portada no dudamos un instante quién debía figurar allí, todos coincidimos en que debía ser nuestro querido y venerado San José.

Para entonces ya estábamos conscientes del detalle curioso que refiero al principio - la colmena de abejas que nos condujo hacia el santuario- parte de la razón por la cual pusimos en la portada de ese recordatorio la imagen de San José, es decir, atribuimos al santo su deseo de despedir a nuestro buen padre en su santuario, y para lograr su propósito nos envió como emisarios aquellos inquietos y revoltosos bichitos que nadie quiere cerca.

Al día siguiente del funeral, supimos que las benditas abejas habían desaparecido tan pronto como nos dirigíamos al santuario.  Siempre hemos creído que no fue una casualidad o coincidencia, Dios así lo dispuso, que fuese despedido en el templo erigido en honor al santo patriarca, a San José, al padre bueno.

Y es que nuestro padre, sin virtudes de santidad como nuestro venerado San José, con limitaciones humanas como cualquier otro, fue tan especial que no podemos por menos que adornarlo con aquellos valores que rigieron su vida.  Para nosotros fue una gran bendición, fiel creyente en Dios, trabajador, responsable, siempre pendiente por el bienestar de la familia, con un alto sentido del deber.  Justamente lo que representa San José a lo largo de toda su vida:  un padre ejemplar.


Mi anciano padre siempre llevó una vida apartada, sencilla, silenciosa, un hombre de casa.  De alguna manera -y con prudencia- asociamos su sentido de responsabilidad y apego familiar, protector de sus seres queridos, con las virtudes que tanto adornan al santo patriarca...

Hoy descansa en paz.  Cada día lo recordamos.  Cada año, un día como hoy, ofrecemos una misa en su nombre, justo el día en que inicia la novena a nuestro venerado San José, el padre bueno...

Mientras exista un alma que recuerde a sus seres queridos, aquellos que han partido, ellos vivirán por siempre...tal y como vive usted, papi, en nuestros corazones...