A mi querida sobrina, Graciela Rizcalla, en el día de su boda, en Soná


Graciela Rizcalla

Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

Amanece en Soná.  Las campanas de la Iglesia San Isidro están sonando.  Un cielo azul, más diáfano que nunca, alumbra hoy.  Vestido de oro, un brillante sol se mezcla en el paisaje que lo envuelve.

La iglesia, abierta de par en par, se exhibe cálida y familiar.  Por su  pasillo transitan dos almas buscando la bendición de Dios.

Cierro los ojos y me transporto a Soná, escucho las campanas, la marcha nupcial, la bendición del padre, los sollozos de alegría...Veo a mi mami, a mis hermanos, a mi anciano padre que ya no está, pero que siempre está...

Veo las sonrisas, rostros complacidos de gozo sin igual, tantos que te quieren, los chiquitos de la casa y... tu ángel que te ama, hoy más feliz que nunca te acompaña, te cuida, te protege.  ¡De fiesta el cielo está!

Corazones que palpitan, seres que te aman junto a tí están y, otros más... los que quisiéramos estar...


Que el Supremo Creador te llene de bendiciones en este nuevo transitar, que sólo haya en tu camino flores y motivos para celebrar.

Que junto a Elías logres toda la felicidad que tanto has deseado y te mereces.  Valora y disfruta este nuevo amanecer que asoma a tu ventana.  Que un hermoso arcoiris se dibuje para tí y seas muy feliz...bien lo dijo el escritor libanés, Khalil Gibran:  "Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes"...

Recibe nuestros mejores deseos de que todo fluya maravillosamente en esta nueva etapa de tu vida y siente, en la distancia, un beso y nuestro más sentido y fuerte abrazo.  Con amor,

Tía Miriam