Día de las Madres en Soná, Panamá



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

En Panamá celebramos el Día de las Madres el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción. Buscando aquí y allá, todo parece indicar que sólo se festeja en Panamá.

Esta noche más de una guitarra sonará desde tempranas horas a la espera de que llegue la madrugada, cuando algún grupo se dirija, de casa en casa, para agasajar a las queridas madrecitas, que emocionadas abrirán sus puertas para recibir y agradecer tan hermoso detalle.  Dedicatorias van y vienen, cuál de todas más sentidas, profundas, emotivas...

En mi pueblo natal, Soná, temprano en la mañana los niños celebran la Primera Comunión y al anochecer, finalizada la misa, recorren las principales calles de Soná, velita en mano, en una hermosa procesión.

El Día de las Madres bien se dice que es hoy y siempre, y para toda madre no puede haber mejor regalo que el bienestar de sus hijos, de allí que les comparta la siguiente oración, a su vez, un regalo de Los Hijos de las Mercedes.

Oración de una madre por sus hijos a la Santísima Virgen María, Madre Nuestra.

¡Oh, Madre mía, Santísima!  El dulce nombre que llevas y el conocimiento que tengo de tus misericordias me traen hoy a tus plantas.  Son muchas mis necesidades y miserias, pero imitándote a Tí, quiero olvidarme de mí para pensar en mis hijos.  Son parte de mi corazón, son bendiciones de infinito valor que Dios me ha dado, pupila de mis ojos, y no quiero que se pierdan.

A tí vengo, mi Madre amorosa, mi reinecita de Cielos y Tierra, para que ampares a mis hijos, es la súplica que quiero hacerte.  Los llevo en mi corazón, en ellos pienso al despertar por la mañana, los tengo siempre presente en mis trabajos y ellos son mi último pensamiento al entregarme al sueño por la noche.  ¡Mis hijos!, los quiero buenos, los quiero santos, quiero que Tú me los ames, que me los bendigas.

Recíbelos bajo tu manto, que tu maternal bendición los acompañe, guarde y conserve en el buen camino, los defiendas contra el enemigo de sus almas, los animes en sus luchas contra el mal y los sostengas en la práctica del bien.  En tí deposito toda mi responsabilidad de madre.

Que tu maternal bendición descienda sobre ellos en el día y en la noche, en sus alegrías y tristezas, en el trabajo y en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en la vida, en la muerte, para que Tú y por Tí, ellos y yo, podamos ver, alabar y amar a tu Hijo y a tí eternamente en el cielo.  Así sea.

Felicidades!