Tiempos de "Naitafón", en Soná

Naitafón:  Una singular derivación del inglés "Night of fun":  Noche de diversión o noche alegre.  Término utilizado para las noches de fiesta, generalmente celebradas en casas de familia y muy populares en todo Panamá...A continuación, una breve recreación de los naitas -como también se decía- en Soná.










Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

Recuerden, hoy tenemos tremendo "naitafón"...Era el mensaje que corría entre los grupos de amigos, vecinos y conocidos.  Tiempos aquellos...  Memorables!  Hoy todos ríen nada más recordar aquella época de sus vidas.  Corría la década del '70, época de buena música, fina, selecta, con letra, melodía y sentimiento.  

Por aquellos años, Soná carecía de discotecas o clubes especiales a dónde ir y divertirse.  Pero el ingenio y la creatividad siempre han dicho presente.  En su lugar, alguien brindaba su casa y allí se reunían jóvenes amigos, parejas y prospectos de enamorados, futuras víctimas de Cupido...  Muchos contarían con la debida autorización de sus padres, otros, en especial las jovencitas, irían escapados a riesgo de una cuera de vuelta a casa.  Unas pocas, sintiéndose las más desdichadas, permanecerían en casa, vestidas y alborotadas, tan sólo imaginando el gozo de una amena reunión con sus amigos, a la cual no asistieron porque mami no les dio el permiso y, cual canción de Emmanuel, sentirían, igual que el título de uno de sus grandes éxitos de aquel tiempo:  Todo se derrumbó, dentro de mí...

Aquellas fiestas, los naitas, tenían por DJ a cualquiera de los jóvenes dispuestos  a voltear los LPs en el tocadisco o el cassette dentro de la grabadora cada vez que éste terminara la lista de canciones grabadas en cada uno de sus lados:  A y B.

Avanzada la noche, se apagaban las luces.  El DJ entraba en acción.  Corría la música.  El ambiente adquiría forma.  Sodita para las muchachas y algo de agüita especial para los muchachos sedientos, ansiosos de aplacar su sed, es decir, el trago típico de Panamá:  Seco Herrerano...Todo primorosamente bien colocado sobre una mesa -ubicada en alguna esquina de la sala- en la que no podían faltar las ciruelas rellenas, maní salado y las famosas toronjas envueltas en papel aluminio y llena de boquitas con jamón, aceitunas verdes y queso amarillo, entre otras burundangas.  Risas iban y venían.  Cuchicheos y secretos al oído se mezclaban con picardía en el lugar donde el cortejo, la coquetería y seducción -cosa natural- no podían faltar.  El humaral de los cigarrillos terminaba de  ambientar el naitafón.

Las parejas iban a la pista.  La música no podía ser mejor:  Mocedades, Camilo Sesto, Manolo Otero, Los Beachers de Bocas del Toro, El toro y la luna y  el clásico e interminable Elisa, hermoso tema nacional de los '70.  Y es que naitafón sin "Elisa" ¡no es naitafón! dirían algunos.  Del inglés, el inolvidable Killing me Softly, I started a Joke, Hotel California, entre otros.   Eran tantos, que no se sabía ni cuál tema escoger y todos dignos de bailar.

Un calor extraño emanaba de esos seres soñadores que, en medio del concolón, permanecían  pegaditos -casi sin mover los pies, bailando en un sólo mosaico- piel con piel, cara a cara, cuerpo a cuerpo, apretujados, a punto de estallar cual fuegos artificiales en medio del firmamento.  Al ritmo de aquellas hermosas baladas, una delicada mano se escurría sutilmente sobre un hombro, mientras otra mano, fuerte y varonil, sujetaba con firmeza una cintura que atraía, cual imán, hacia su cuerpo. ¡Qué época aquella! dirían los que tuvieron la oportunidad de disfrutar esos tiempos...tiempos que hoy viven y existen sólo en sus recuerdos...

De vez en cuando vendría bien organizar fiestas caseras, e invitar a los amigos para disfrutar de un tremendo naitafón.  Tanto los jóvenes de hoy como los adultos de entonces, que vivieron aquellos días, bien pueden celebrar el mejor de los naitas en tiempos actuales con el sistema del pasado:  Su propia casa, grabadora (nada de computadoras, iPad, ni modernismos), cassettes, luces apagadas y música de los '70...Lo demás corre por cuenta de cada uno...¡que vuelvan los tiempos de naitafón, en Soná!...

Nota:  Para los que no conocen Panamá, se le dice concolón al arroz tostadito que se forma en el fondo de la olla o paila donde se cocina, sin embargo, de manera popular, suele utilizarse jocosamente para referir el centro de la pista de baile donde están las parejas bailando muy animadamente..."en medio del concolón"...