Cuentos de pajaritos, en Soná


Por:  Miriam Rizcalla 

Cocorito:  Pájaro de mal agüero

Un cantar muy dulce y melancólico rompía el silencio de las noches.  Era el cocorito, que se le ocurría cantar a cualquier hora ¡incluso de madrugada!  Al escucharlo, mi madre diría: "Virgen Santísima!  ¿Quién se irá a morir?"  "Ay, mami, esas son creencias y nada más", le decía...Al amanecer, la noticia de que alguien había muerto nos llenaba de estupor.  Sucede que cuando el cocorito canta, alguien en el pueblo muere.

Por fortuna cocorito  no siempre acierta, pero tan preciso es el bendito pajarito, que con su cantar parece pronosticar la muerte de algún conocido en el pueblo, de allí que le digan pájaro de mal agüero.

Por mi parte,  nada más escucharlo -muy a mi pesar- lograba inquietarme por aquello de... "uno nunca sabe", y más aún teniendo en casa a mi padre, con más de un siglo de existencia a cuestas ...Mi escepticismo frente al misterio, o coincidencia, de su aviso parecían estar en constante fricción. ¿Será, no será?...Mi padre hoy descansa en paz... y el cocorito nunca nos avisó...

¿Quién se imaginaría que el cocorito, con la fama lúgubre que le acompaña, fuese la hermosura de pajarito que es?  Su figura es semejante a un búho, pero chiquitito ¡y de lo más lindo!  ¿Cómo puede tanta belleza ser portador de una desgracia?  Pero son muchos a quienes su cantar les sugestiona... mi madre, y a muchos más...¿Será que la fama la tiene bien ganada?  Un misterio, quizá...

Catana:  Pájaro que pide agua

La catana es un pajarito chocolate, parecido a una pequeña palomita.

Cuando en Soná arrecian los días secos, y estos llegan a extenderse más de lo debido, grande es la alegría de mi madre al escuchar  ese cantito tan peculiar, casi triste, que proviene de esta linda avecilla.  Con su clásico cantar, le hace decir entusiasmada:  "ya está la catana llamando el agua, viene la lluvia!"...

Aquello siempre me hizo gracia. ¿Cómo podría un pajarito tener semejante virtud?  ¿Cómo pensar que llovería cuando el sol resplandecía, quemaba, y el cielo, más diáfano que nunca, no podía estar? Cómo podía llover?...De pronto una gran nube aparecía y se cruzaba en el camino del sol, y el panorama cambiaba todo.  Una profusa lluvia de bendiciones se arrojaba sobre nuestra tierra seca, sedienta y deshidratada...  "Yo lo dije, la catana no falla", diría al rato mi madre, mientras reía complacida ante mi mirada de incredulidad...

A pesar de todo, en mi imaginación pensaba que las vacas y sus terneritos flacos y huesudos, los pastos secos, los sembradíos, las flores, y los animalitos todos, le agradecían a la catana por llamar a la lluvia... ¡y que ésta le hacía caso!

Claro está que no creo en nada de estas cosas, pero resulta divertido formar parte de aquel escenario, donde la magia del misterio se mezcla con la realidad.  Al final, la vida y la naturaleza guardan muchos enigmas, detalles que nos resistimos a creer y considerar ciertos, y cuando finalmente ocurren, sólo atinamos a decir:  coincidencias y nada más.  Cierto o no, estos pajaritos tienen lo suyo. ¡Y son encantadores!

Pájaro Puerquero:  

El Sr. Alberto Bal (q.e.p.d.), una persona muy querida y recordada en el pueblo, además de un gran sentido del humor, nota característica en él, tenía muchas historias del pueblo para contar.  Entre ellas están sus cuentos del pájaro puerquero, mejor conocido como turrututú, porque así se escucha cuando canta...turrututú...

Contaba que el turrututú canta en las noches de verano, cuando éstas van a ser frías. Para los que no conocen Soná, o los que le conocen solo por su caluroso clima, han de saber que siempre es bueno tener un abrigo o mantita a la mano, pues en ocasiones las noches suelen ser más que frescas, y si el pajarito puerquero nos canta su particular turrututú en una noche de verano, fijo que temblaremos de frío!

Pájaro Brujero 

En reuniones familiares, de aquellas en las que se comparte una carnita asada, o una fogata a orillas del río, cuando cae la noche, bajo la luz de la luna, no faltan las historias como la del pájaro brujero.

En medio de la oscuridad, cuando no se escucha más que el murmullo de las aguas que se deslizan entre las piedras, el cantar de los sapitos y las ramas de los árboles que se agitan con el viento, el cuento viene de lo mejor para alimentar el susto y la sugestión de los presentes, especialmente los chiquillos.  Con susto y todo, cuánto se disfruta, y nunca se olvida.

Este pajarito canta a orillas del río Cobre, en un charco llamado La Olla Bruja o El Higuerón.  Este charco se encuentra después del paso del río, mejor conocido como los bajos del Cobre.

Es probable que el brujero no sea muy conocido, pues no es frecuente escuchar hablar de él, pero para los que quieran tener un encuentro cercano del tercer susto, tendrán que darse una vueltecita por allí y descubrir cómo es su canto, si es dulce o espeluznante... como sugiere su nombre y el charco donde canta...