Un gallo llamado Uno


Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

En Soná casi todas las casas disponen de un patio, aunque sea pequeño, pero siempre hay un pedacito de tierra al aire libre donde cultivar flores, algunas frutas o cuidar pollitos.

Cuando mi hijo era pequeño, dos años quizá, su abuelito -Rafael Cornejo- gran amante de cuidar gallos, le regaló un pollito de lo más lindo, tierno y amarillito, y mi hijo tuvo la gran idea de llamarlo "Uno".  Pronto todos nos acostumbramos a ese nombre tan singular y Uno pareció convertirse en un miembro más de la familia, pues siempre estábamos pendientes de él.

Uno fue creciendo a una velocidad impresionante, hermoso y rozagante, con su cresta y cola espectacular, fornido y desafiante, aquel plumaje lleno de matices casi dorados, que resplandecían bajo el intenso sol de Soná, le conferían una especie de autoridad.  Era el mandamás de su reino: el patio.  Su presencia destacaba tanto, que parecía eclipsar al resto de sus congéneres.

Por un tiempo estuvimos fuera de Soná, al regresar, Uno era ya todo un señorón, todo el mundo tenía que hacer con el apuesto gallo.  Definitivamente, un gallo muy gallardo!

Pronto empezamos a temer por la seguridad de Uno, pues en Soná las famosas "bicheras" (robo de gallinas) son casi una tradición y no siempre ocurre por necesidad, muchos lo hacen por diversión,  por vivir la emoción de robarse un pollo, o una gallina, y disfrutar al rato del mejor de los sancochos...éste era nuestro temor...Y cuánta razón teníamos!

Nuestro amor por Uno era tan grande que nadie tuvo el valor de llevarlo a la paila, no nos imaginábamos disfrutando un sancocho con Uno...pero otros sí lo hicieron, y un día desapareció sin dejar rastros, ¡cuánta tristeza!  Mi niño preguntaba por Uno, y Uno jamás volvió!...

Desde entonces no hubo más pollitos como regalo para mi hijo, los únicos eran aquellos que iban y venían con sus mamás gallinas por el patio y que el abuelo con tanto esmero cuidaba... nunca más se volvió a escuchar aquel sonoro kikirikí  de nuestro querido Uno, un nombre muy acertado, pues eso fue Uno, uno sólo, único...