San Isidro Labrador: Santo Patrono de Soná, provincia de Veraguas, Panamá



Por:  Miriam Rizcalla 

Reseña Histórica de San Isidro Labrador

Isidro de Merlo y Quintana, su verdadero nombre, nació en España, cerca de Madrid, en el seno de una familia sumamente pobre y  muy creyente en Dios.  Creció y desarrolló su vida envuelto en la fe más profunda que se pueda imaginar.  Desde niño aprendió a amar a Dios  con fervor y su confianza en El no tenía límites.  Amar al prójimo, asistir a misa con frecuencia, oración y comunión fueron una constante en su vida.

A muy temprana edad, siendo apenas un niño de diez años, se encontró huérfano y completamente solo e inmerso en la pobreza.  Siendo tan pequeño, se dispuso a trabajar y logró un empleo como jornalero en una finca cercana a Madrid.  Amaba la tierra y fue así como se dedicó a trabajar en la agricultura, oficio que desempeñó por muchos años, sembrando, cuidando y cosechando los frutos que la tierra cultivada con tanto amor le daba.

Era sabido por todos de las visitas diarias de Isidro a la santa misa, costumbre que le acarreó muchos problemas con sus compañeros de trabajo quienes le acusaron de ausentarse y no cumplir con sus deberes igual que todos.  De allí que el patrón se dispuso a observar qué estaba pasando y notó que cuando Isidro no estaba en el campo, sus bueyes araban la tierra como si éste los estuviera dirigiendo.

Conflictos políticos obligan a los católicos a refugiarse en otros lugares.  Isidro, como inmigrante, sufrió enormemente la desolación que produce el verse lejos de lo conocido, solo y sin empleo, pero su gran fe en Dios nunca lo abandonó y, como siempre, depositó en El toda su confianza, seguro de que el Señor nunca lo abandonaría.  Así fue.  

Casado con una sencilla muchacha del campo, que también llegó a ser santa, tuvieron un hijo.  Su generosidad y grandeza del alma eran tan grandes que fue bien conocida la manera en que distribuía su salario, a saber:  Una parte para la iglesia, otra para las personas más pobres y el resto para su familia.  Cuentan que en una ocasión fue como invitado a un gran banquete y llevó a otras personas con él, mendigos todos, ante esto, se le advirtió que sólo había comida para él...Isidro repartió lo que le dieron con los mendigos y alcanzó para todos e incluso sobró!

Es muy conocido el relato que narra el milagro sucedido con su pequeño hijo.  Un día, mientras paseaban por el campo, sucedió algo tremendo.  El canasto donde se encontraba su pequeño hijo, fue colocado muy cerca de un pozo de sacar agua, el niño hizo un movimiento brusco y fue a parar al fondo del hoyo.  Al ver lo sucedido trataron de rescatarlo, pero era un pozo muy profundo.  Sintiendo que por ellos mismos nada podían hacer, se arrodillaron y empezaron a rezar con absoluta confianza en Dios y fue así como vieron cómo las aguas subían de nivel hasta poner a flote la pequeña canasta con su hijito que se encontraba sano y salvo, como si nada hubiese ocurrido.  

Con el tiempo regresaron a Madrid y continuó trabajando como agricultor en una finca.  Sus parcelas siempre daban más frutos que la del resto de los compañeros.

A lo largo de su vida, siempre envió el mensaje de dar mucho amor a Dios y ser caritativo.  Murió santamente.  En 1163 se extrajo el sepulcro con su cadáver , luego de más de 40 años de haber sido sepultado, grande fue la sorpresa al ver que su cuerpo se encontraba incorrupto!  Para todos se trataba de un milagro.  Poco después, el rey Felipe III viéndose curado de manera repentina de una enfermedad, al tener cerca los restos del humilde campesino, solicitó al Sumo Pontífice que se declarara santo al agricultor. Este y muchos milagros más, atribuidos a él, lo convirtieron en santo.  Fue beatificado por el Papa Paulo V el 14 de junio de 1619 y canonizado por Gregorio XV el 12 de marzo de 1622.  Es muy querido y venerado y su fiesta, celebrada oficialmente el 15 de mayo, se extiende por toda España y muchos países del mundo.


Iglesia San Isidro y devoción al santo patrono


Los datos históricos acerca de la construcción de la Iglesia San Isidro y surgimiento de la devoción al santo patrono, en Soná, son imprecisos, pues investigando en diversos textos se observan claras diferencias en cuanto a nombres y fechas exactas.

Para referirse al surgimiento de la devoción a San Isidro Labrador en Soná, es necesario remontarse al pasado, con la llegada de las primeras familias procedentes de España e Italia principalmente, primeros pobladores provenientes del extranjero.  Entre ellos se menciona la figura de don Higinio Calviño, procedente de Madrid, a quien se le atribuye la devoción a San Isidro Labrador.

En mayo de 1848 llega al pueblo el padre Ignacio Herrera, primer cura de la parroquia.  Junto a él,  también, Manuel Higinio Arosemena, autor de "Apuntes de Datos de la Historia de Soná desde mayo de 1828 a 1897".  En este documento el autor refiere la existencia de una iglesia muy pequeñita, y que "era muy poco lo que llamaban pueblo de Soná o de San Isidro que es el patrón"...  Este valioso legado nos deja claro que ya para inicios del siglo XIX San Isidro era el santo patrono.  Más adelante,  Manuel María Arosemena, quien funge como alcalde, trabaja tenazmente hasta lograr, en 1878, la construcción y remodelación del templo que hoy conocemos como Iglesia San Isidro Labrador.  En sus inicios no era más que una pequeña y muy sencilla estructura, con piso de tierra, techos y puertas muy bajas y en ocasiones visitada por toda una familia porcina, ya que el hermoso parque de hoy,  ubicado al frente de la iglesia, no era más que un corral lleno de cerdos.  La otrora humilde arquitectura de sus inicios es hoy una hermosa iglesia que guarda su valor histórico, a pesar de haber sido remodelada muchas veces.

Con el paso de los años, gracias a una efectiva labor sacerdotal, la fe en San Isidro se ha mantenido viva hasta el presente en los sonaeños, especialmente en el corazón de los campesinos, que trabajan y viven de la agricultura.  Sus fértiles tierras, bañadas por sus caudalosos ríos, le confirieron un lugar destacado dentro de la economía nacional, siendo reconocido alguna vez como "El Granero de la República".  Ante esta realidad ¿quién mejor que San Isidro Labrador como Santo Patrono de Soná?

Año tras año, terminada la novena, el 15 de mayo, la gran celebración!  Luego de la misa solemne, la interminable procesión.  Miles de fieles acuden para celebrar.  Devotos procedentes de los corregimientos del distrito y las diferentes barriadas del pueblo, invaden las calles a más no poder.   Todos rindiendo tributo con rezos y cánticos alusivos a la ocasión.  Llenos de júbilo se aprestan a llevar, con supremo orgullo y profunda fe,  las famosas "anditas" con el santo rodeado de frutas, granos y vegetales, frutos de la madre tierra que el buen San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, vela para el beneficio y buen provecho de todos.